Reisen, fliegen. El blog de Wes.

Estupideces, opiniones, anécdotas, sitios interesantes y momentos divertidos de la vida de un TCP. Especialmente dedicado a mi gente en Palencia.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Caracas, gimnasios y yo

Y que tres cosas tan diferentes una de las otras. Pero bueno, confirmado que ya estoy haciendo algo de deporte regularmente, el Hotel Gran Meliá de Caracas tiene un gimnasio completísimo que carece de lo que yo mas odio en los gimnasios españoles: gente sudorosa gimiendo y poligoneros hablando de la cocainada del sabado pasado mientras estúpidamente compiten a ver quien levanta mas peso:


"ostia tronko menuda contrascatura k tngo, xo e lebantao 180 moola k flipas"


Yo sencillamente salgo a correr, y aquí pues voy una horita a las máquinas de correr. Mi objetivo es estar minimanente en forma, bajar unos kilos y no parecer un tronco de madera (en cuando a movilidad).

Por supuesto otra de las cosas que odio de los gimnasios es el típico soplapollas "cachitas" que a parte de hacer el imbécil, hace las veces de monitor principal. Es decir, el individuo que te dice lo que tienes que hacer según lo que quieras, que te ayuda con las máquinas, que se te queda mirando a ver si lo haces todo bien...etc. La gente diría: es el que te ayuda a que lo hagas todo correctamente y a que no te hagas daño con la maquinaria esa del averno. Yo digo: es el que toca los cojones y se lo pasa de puta madre viendo como no tienes configurada la máquina correctamente y se acerca a tí con una sonrisita malévola que dice: "mira este pringao que no tiene ni puta idea" pero que educadamente te pregunta: "¿Necesita ayuda?" Tú te estás cagando es su puta madre por que en el fondo sabes que se está riendo de ti, pero amablemente le respondes: "No, todo está bien gracias" Entonces ahí es cuando el individuo en cuestión ve sus pequeños momentos de gloria, cual G.W. Bush aprovecha a la mínima para declarar la guerra, y te dice: "Pues no lo estas haciendo bien, el sillín está muy alto". Tu le miras, y aún lleva esa estúpida sonrisa en la cara, te entrán ansias homicidas. Te gustaría convertirte en el próximo serial killer de Europa, tu objetivo: todos los monitores de gimnasio.

Pero claro, le tienes que hacer caso, no sea que vaya a tener razón y te vayas a dañar alguna articulación o músculo importante, entonces si que el tío ya se descojonaría de tí por partida doble. Te levantas y dejás que configure la máquina, te vuelves a sentar, y cuando sigues con tus ejercicios, ves que el tío se aleja TODAVÍA CON LA PUTA SONRISA ESA EN SU CARA, y tu dices, por dentro eso si porque su musculatura podría acabar deformando tu cara, "PAYASO"


Además antes de despedirme citaré al gran Iñaki Urrutia en uno de sus monólogos:

"Entro en el gimnasio por primera vez en mi vida, con mis lorzillas, repugnado por ese olor a mierda que había, y de repente se me acerca un tío to vitaminado, me mira de arriba a abajo, me mira a la cara, me vuelve a mirar y me pregunta: a ver chaval, ¿cuales son tus objetivos? Que cuales son mis objetivos!, pues ser campeón de culturismo, NO TE JODE!!!, pues tener forma humana, por Dios!!, el cerebro se lo dejó en la taquilla..."

Si, si señor, muy grande.

Bueno, pues por si alguien también se dejó el cerebro por ahí y no se ha dado cuenta, lo que he descrito antes con ira y rabia me acaba de pasar en el gimnasio del hotel. Yo solamente iba a correr, y os juro que en todo el rato que estuve corriendo no vi absolutamente a nadie, pero cuando me dió por probar alguna de las satánicas máquinas esas, en cuanto me senté apareció aquel edil del infierno para, como ya he dicho, tocarme las pelotas. La culpa la tengo yo por probar esas chorradas, si yo solo quiero bajar unos kilitos, tener forma humana, por Dios!!!

Y bueno, ya me he quedado mas tranquilo, me voy a dar una vuelta por el centro comercial a ver si consumo un poquito, por que es lo único que se puede hacer en esta ciudad sin que te roben, te detengan o sencillamente te maten.

Nos vemos pronto, besos y abrazos.

Wes

1 comentario:

Verónica dijo...

South-american Psycho, Dan Bateman.

A mi me gustas amorfo.

Me habría encantado verte enredado en una máquina del averno mientras "el proteínas" ese te dice lo que tienes que hacer y tú ahí todo pálido, blando y sudoroso xD